C. Azorín-Molina, R. J. H. Dunn, L. Ricciardulli, C. A. Mears, J. P. Nicolas, and T. R. McVicar
Tras unos ocho años de débiles anomalías positivas (cercanas a cero) en los vientos observados en la superficie terrestre (es decir, ~10 m por encima del suelo), en 2021 se registraron anomalías negativas (en relación con la climatología de 1991-2020). Se registraron en el hemisferio norte (-0,028 m s-1) en 2021, principalmente en el este de Norteamérica (-0,063 m s-1) y en el oeste de Europa (-0,095 m s-1). Estos vientos excepcionalmente bajos, por ejemplo, en partes del Reino Unido (Placa 2.1u), no se han producido en el este de Asia (+0,045 m s-1), Asia Central (+0,080 m s-1) o Sudamérica (+0,080 m s-1). En general, la quiescencia observada antes de la década de 2010 cesó en la última década, con una débil inversión o estabilización de los vientos superficiales a escala global y regional.
Este informe anual sobre los vientos en la superficie terrestre para 1979-2021 se basa en:
1) observaciones globales in situ del conjunto de datos HadISD3 (1973-2021)
2) dos productos de reanálisis reticulares reanalizados: ERA5 (ERA2) y reanálisis: ERA5 (1979-2021 y MERRA-2 (1980-2021).
En comparación con las observaciones in situ, las magnitudes de las anomalías de los reanálisis son menores y no reproducen su variabilidad multidecenal; las observaciones son la base para cuantificar los cambios en los vientos. En la mayoría de las regiones terrestres, durante los últimos 43 años (1979-2021) se ha observado una tendencia decreciente. Esta disminución ha cesado o incluso se ha invertido desde la década de ~2010, pero la velocidad del viento aún no han recuperado los niveles de 1979.
Esta investigación forma parte del State of the Climate in 2021, una publicación internacional revisada por expertos que se publica como suplemento del Boletín de la Sociedad Meteorológica Americana.